los últimos videos de los argentinos muertos en un ataque ruso en Ucrania

José Adrián Gallardo (53), Ariel Hernán Achor (25) y Mariano Alberto Franco (47) eran tres argentinos que viajaron hace unos dos meses a Ucrania. Eran «soldados profesionales», más comúnmente conocidos como «mercenarios». Los tres murieron en un ataque ruso en Sumy, en el noroeste del país. Desde su partida de Ezeiza hasta los últimos días, la estadía en Ucrania quedó registrada en fotos y videos que publicaron en redes sociales, donde posaron con armas de guerra y hasta usaron el lema de Javier Milei: «Viva La Libertad Carajo».

Gallardo, Achor y Franco no formaban parte del Ejército argentino. Llegaron a Ucrania hace dos meses, como contratistas privados para combatir en defensa de ese país.

Según supo Clarín, murieron en la que habría sido la primera misión de los tres. Un ataque ruso los alcanzó cuando intentaban recuperar una posición tomada por el Ejército del Kremlin.

En sus cuentas de Threads, la red similar a X que tiene Instagram, Gallardo y Franco retrataron la previa del viaje a Ucrania y algunos momentos de su estadía en el país. Se mostraron en la larga espera de su primera misión, en la que murieron bajo fuego ruso.

Las publicaciones iniciales sobre el viaje datan de inicios de septiembre. Gallardo difundió una foto con otros soldados profesionales argentinos, en el Planetario. Poco después subió breves videos de aviones despegando del aeropuerto internacional de Ezeiza.

Franco, en tanto, mostró una selfie en el aeropuerto de Estambul el 3 de septiembre. Se lo ve con su mochila en la espalda y un afiche de esa terminal aérea: «La magia empieza aquí».

Ambos vuelven a compartir contenidos el 18 de septiembre. «Si nada es tuyo, entonces nada puede romperte. Nada puede quitarte lo que nunca fue parte de ti… Porque el que no teme perder, ya es libre», fue la frase inspiradora que eligió Gallardo.

Por su parte, Franco subió otra selfie. Esta vez ya con ropa camuflada, en el campamento junto con otro soldado profesional que tiene parte del rostro cubierto. «Esperando el momento!», escribió. Estaban a la espera de salir a cumplir con el trabajo para el que lo habían contratado.

Dos días más tarde, el 20 de septiembre, Gallardo volvió a recurrir a un video motivador. «Una palabra: persistencia». Su compañero, en cambio, prefirió una foto en detalle de su fusil, ubicado hacia abajo y entre las piernas. Otra señal de espera.

Franco también se retrató de cuerpo entero, una semana después. Lo hizo con ropa de combate y chaleco antibalas puesto. Y aferrado a un arma larga. Esa vez, acompañó la foto con el slogan libertario de Javier Milei: «Viva la libertad carajo!!».

Ya en los primeros días de octubre, Franco fue quien ventiló detalles de entrecasa de los soldados profesionales. «Empezando otoño en Ucrania», escribió el 3 de octubre, posando ante la cámara con un gato en el regazo.

Dos días más tarde, subió una foto fija de su cara, con casco, chaleco antibalas y anteojos. La acompañó con el tema «Sobreviviendo», cantado por León Gieco, y la letra de la canción resaltada en pantalla.

«Tantas veces me mataron, tantas veces me morí. Sin embargo, estoy aquí, resucitando», es la frase que destacó el soldado contratado.

Gallardo ya enfocaba por entonces sus publicaciones inspiradores con simbología y colores ucranianos y de la legión de mercenarios. «Debemos vivir», escribió sobre imágenes de guerra, monumentos y banderas de Ucrania.

En otro video más extenso, bajo las palabras «Pray… trust… wait» («Orar… confiar… esperar»), exhibió momentos íntimos del campamento: la carpa en medio del bosque y el interior de esa instalación, con algunas de las camas y el material militar ordenado y listo para salir a combatir.

Franco volvió a postear el 8 de octubre. Una selfie fuera de la carpa, con los árboles de fondo. Y otra foto, junto con sus compañeros, todos con uniforme militar y las banderas de argentina y ucrania en la ropa. Fue su última publicación.

Una semana más adelante, en la cuenta de Gallardo apareció un video. También fue su despedida. Resumió sus últimos dos meses. Una comida con sus compañeros en un restaurante argentino, la fila para subirse al avión y sus días en el barracón: las armas largas, la indumentaria camuflada y sus compañeros. Ahí aparecen Franco y Achor.

Horas después, les llegó el momento de salir a combatir, en su primera y única misión como soldado profesional contratado por Ucrania.