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El rey Carlos III une religiones mientras su familia se desmorona


Cuando la Iglesia Anglicana y el Vaticano están más unidos que nunca después de 500 años de separación y el rey Carlos busca remarcar este gesto como fundamental en su reinado, la Familia Real británica se sumerge en una de sus peores crisis de supervivencia.

Inglaterra se separó de la Iglesia Católica bajo Enrique VIII en 1534, cuando Enrique estableció la precursora de la Iglesia de Inglaterra (casándose con Ana Bolena) y se autoproclamó Gobernador Supremo. Ni Enrique ni ninguno de sus predecesores, desde 1066, se reunió jamás con el Papa. Esta separación se mantuvo fiel hasta el reinado de la reina Isabel II, quien se reunió con cuatro Papas, pero se negó a rezar con ellos.

Este jueves todo cambió. El rey Carlos III y la reina Camila, vestida de negro y con mantilla de Philip Treacy, rezaron junto al papa León XIV en inglés, en la espectacular Capilla Sixtina, pintada por Miguel Ángel, por primera vez en el Vaticano. Un coro acompañó este momento histórico.

Un acto mayor para el gobernador de la Iglesia Anglicana, que no quería ver este gesto monumental religioso de su reino oscurecido por los escándalos de la disfuncional familia Windsor que lidera.

Una coreografía solemne y espectacular en Roma, que no coincide con las denuncias del Caso Epstein, las memorias de una supuesta víctima del príncipe Andrés que se suicidó tras ser abusada sexualmente y la renuncia de Andrew a su título de duque de York.

En el Royal Lodge, donde el príncipe Andrés se ha refugiado y su ex esposa, Fergie, lo acompaña, hay otro drama paralelo. Fergie se encuentra al borde de la «crisis» nerviosa porque han sumergido a las princesas Eugenia y Beatriz en el escandaloso Caso Epstein. Su hermana Jane viajó desde Australia, especialmente para acompañarla. Fergie tiene cáncer de mama y metástasis de piel.

Pero es la propia relación de Sarah con el pedófilo Epstein la que ha visto cómo su vida pública se desmoronaba rápidamente. Recientemente se ha publicado un correo electrónico que ella envió al financiero caído en desgracia, tras declarar públicamente que había cortado el contacto con él, en el que llamaba a Epstein «un amigo supremo». Su vocera afirmó que envió el correo electrónico por miedo a las amenazas a su familia, a sus hijas y a que la enjuiciara.

Una amiga de Sarah Ferguson ha revelado que está al borde de una crisis nerviosa tras ver a sus hijas, «angustiadas», envueltas en el escándalo que ha estallado por su asociación con Epstein. Hay fotos que muestran a Fergie y las dos princesas junto a Epstein, como las primeras visitantes después de que salió de la cárcel por abuso sexual.

Si bien el palacio trató de acelerar las medidas contra los duques de York días antes del viaje del rey al Vaticano, las repercusiones siguen. El Parlamento va a quitarle el título de príncipe a Andrés, hermano del rey y ex heredero al trono.

Aunque tenga un contrato hasta su muerte en la ex casa de su abuela, los cortesanos, el príncipe Guillermo y los diputados conservadores quieren desalojarlo del Royal Lodge, su casa de 30 habitaciones y 37 hectáreas. Ellos quieren convertirlo en otro exiliado, como el rey Eduardo, cuando abdicó para casarse con Wallis Simpson, una norteamericana divorciada. Los exiliaron en París como duques de Windsor.

Esta vez el lugar puede ser diferente. Como el rey Juan Carlos de España, el príncipe Andrés podría terminar en un dorado palacio de Abu Dabi, alojado por el Emir de Qatar y con los gastos pagos. Nadie sabe si tiene o no dinero, si heredó o no a su madre, la reina Isabel II, de quien era su hijo favorito. El rey Carlos le cortó el millón de dólares anuales que le ofrecía desde que llegó al trono.

La policía metropolitana confirmó que estaba investigando informes de que Andrés le había ordenado a su guardaespaldas personal que desenterrara información sucia sobre su acusadora sexual.

Al mismo tiempo, el rey Carlos teme por su hermano y su salud mental. Su inquietud es que esta situación lo lleve al suicidio o a una internación, que haría igual daño a los Windsor. Pero su hijo Guillermo, futuro heredero, cree que Andrés y Fergie deben abandonar el reino y no le permitirá asistir a su coronación ni utilizar los palacios reales. Se inquieta con que aparezca más información sobre Epstein.

Se espera que el Parlamento examine su contrato de arrendamiento a largo plazo, con una renta mínima, en Royal Lodge, una vivienda que ha ocupado durante décadas sin pagar alquiler. El primer ministro Keir Starmer ha expresado su apoyo a los parlamentarios, incluidos los pedidos de que el Príncipe responda preguntas directamente en el Parlamento.

Fergie y Andrés saben que tienen la culpa. Pero aún sienten que ahora los están castigando sin piedad, cuando están deprimidos y abandonados. Nadie sabe hoy cómo será su futuro y si Andrés será juzgado o no.


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