Loan Peña: un año sin justicia entre el abandono estatal, la complicidad del poder y la trata

A un año exacto de la desaparición de Loan Danilo Peña, un niño de cinco años visto por última vez el 13 de junio de 2024 en 9 de Julio, Corrientes, el caso ya no solo conmueve: duele, indigna y revela con crudeza lo que ocurre cuando el Estado abandona a los más vulnerables y entrega su conducción institucional a redes de complicidad, corrupción e inoperancia.
En los últimos días, una declaración inesperada volvió a poner en el centro del debate un tema tan oscuro como brutal: la venta de niños en zonas rurales de Corrientes. Fue la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner quien, en un acto público, recordó el testimonio de Catalina, la abuela de Loan, quien aseguró a medios de comunicación que décadas atrás era habitual que familias pobres “vendieran criaturas” a personas de otras provincias, una práctica que —según sus palabras— se frenó con la implementación de la Asignación Universal por Hijo durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
“Se vendían las criaturas. Nélida Núñez de Balcarce de Buenos Aires compró criaturas de acá (…) pero vino la policía y le dijo que ahora viene la orden del presidente que no tienen que vender más a sus hijos para eso él manda la ley”, recordó la mujer en una cruda entrevista.
El caso Loan es el mejor ejemplo de la diferencia entre un Estado que funciona y un Estado que no funciona. Con Valdés, la familia de Loan sigue buscando sin ayuda del gobierno. Con Néstor y Cristina teníamos políticas como la Pensión No Contributiva para Madres de 7 hijos. pic.twitter.com/pOf7kqQfE4
— Martín Tincho Ascúa (@AscuaTincho) August 12, 2024
El caso de Loan Peña, lejos de ser un hecho aislado o producto de una fatalidad rural, expone con fuerza una verdad silenciada: la pobreza extrema, la falta de presencia efectiva del Estado y las redes delictivas que operan impunemente en el interior profundo son el caldo de cultivo para la trata de personas, incluso de menores. Y cuando la institucionalidad falla o está directamente cooptada por estas redes, el desastre es inevitable.
La asistencia social como freno (y su debilitamiento)
La frase de Catalina, la abuela de Loan, sintetiza una verdad poco dicha: la asistencia del Estado no es un regalo, sino un freno real al delito estructural de la pobreza extrema. No fue casualidad que con la llegada de políticas públicas universales como la AUH muchas familias pudieran romper con prácticas históricas de abandono o entrega forzada de niños. Lo que frena la trata no es solo la ley penal; lo que verdaderamente la combate es el acompañamiento estatal en los márgenes, allí donde el mercado no llega y donde el poder político muchas veces no quiere mirar.
“Como decía la abuelita de Loan: ‘Se llevaban a los chicos pero cuando llegó Kirchner y trajo la AUH, eso paró’”
Cristina Kirchner recordó el caso de Loan en Corrientes y citó una frase de la abuela del nene. pic.twitter.com/3hgUHDa8Wv
— Corta (@somoscorta) June 7, 2025
Hoy, con un Estado desfinanciado, una asistencia social recortada al extremo y familias desesperadas sin recursos ni redes de contención, vuelven a observarse este tipo de escenas que parecían erradicadas: niños en peligro, adultos ausentes, cómplices con uniforme y un Estado que, en vez de proteger, sospechosamente calla o encubre.
Un comisario con denuncias de abuso al frente de la búsqueda de Loan Peña
El rostro más descarnado de esa descomposición institucional se llama Walter Maciel, el comisario que debía encabezar la búsqueda de Loan pero que ahora está detenido por encubrimiento. Maciel, que fue denunciado en 2019 por abuso sexual por una colega policía —Diana Yardín—, nunca fue investigado ni separado de la fuerza. Solo fue trasladado.
Griselda Blanco, la periodista que visibilizó esa denuncia en 2022, fue asesinada poco después en un crimen que aún arrastra sombras y sospechas. En sus publicaciones, Griselda advertía sobre el silencio institucional y el encubrimiento del Gobierno de Corrientes a favor de Maciel.
La designación de un comisario con ese historial al frente de una búsqueda por la desaparición de un niño es una muestra más de un Estado que no solo no protege: habilita, encubre y perpetúa el riesgo.
La cadena de complicidades se supo que llegó aún más alto. Buenaventura Duarte, exministro de Seguridad de Corrientes, fue obligado a renunciar luego de que se revelaran sus vínculos con José Fernández Codazzi, el abogado que llevó a Laudelina Peña, tía de Loan, a instalar —con llamativa rapidez y sin respaldo probatorio— la hipótesis del accidente.
Codazzi no solo tiene lazos con Duarte: su esposa es funcionaria del mismo ministerio, y su suegra es concejala del partido Encuentro Liberal (ELI), el mismo que comanda Pedro «Perucho» Cassani, jefe político de Duarte y figura central en el esquema de poder de Gustavo Valdés.
En medio del drama, el gobernador Valdés se limitó a cambiar fichas y reemplazó a Duarte por Alfredo Vallejos, un diputado nacional de su riñón. Pero ni él ni los fiscales han respondido aún por qué personas señaladas por encubrimiento, abuso o connivencia siguen ocupando cargos sensibles o moviéndose libremente por el poder provincial.
¿Dónde está Loan?
La pregunta más dolorosa, la que aún nadie puede responder. Un año después, no hay rastros concretos del niño, pero sí una larga cadena de responsabilidades políticas, omisiones criminales y silencios cómplices. En vez de redoblar los esfuerzos por encontrarlo, el poder político provincial parece ocupado en blindarse, desviar la atención o tapar las conexiones que incomodan.
Y mientras tanto, crece el temor de que lo que pasó con Loan vuelva a pasar. Porque sin un Estado presente, sin una justicia independiente y sin una prensa libre que investigue, los chicos en situación de vulnerabilidad siguen siendo presa fácil de los mismos monstruos de siempre.
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