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El ajuste sobre los salarios: crece el rechazo al freno de las paritarias impuesto por el Gobierno de Milei

La parálisis de las negociaciones salariales se volvió uno de los puntos más conflictivos entre el Gobierno nacional y los gremios. La decisión de Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, de ponerle un techo a las paritarias —incluso presionando para que no se homologuen aumentos por encima de la pauta inflacionaria— desató un fuerte rechazo sindical, con la CGT y ATE como protagonistas de los reclamos más visibles.

Desde la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada en diciembre de 2023, los salarios se hundieron frente a una inflación que, aunque descendente en los últimos meses, sigue golpeando de lleno a los ingresos de las familias trabajadoras. Según datos oficiales del INDEC, en marzo los sueldos registrados subieron apenas un 2,5%, mientras que la inflación fue del 3,7%, lo que dejó un nuevo retroceso del poder de compra.

“17 meses perdiendo derechos”

Con ese título, la CGT emitió este miércoles un duro comunicado en el que acusa al Gobierno de utilizar “el salario como herramienta de ajuste” y advirtió que desde la gestión de Sergio Massa hasta la actualidad se acumulan 17 meses de caída sostenida en sueldos y jubilaciones. La central obrera denuncia además la pérdida de 185.000 puestos de trabajo registrados en el último año y el crecimiento de la informalidad laboral, que ya afecta a más de 400.000 personas que trabajan sin aportes ni derechos básicos.

“El bienestar de las familias trabajadoras no es variable de ajuste, es condición para hacer crecer la Argentina”, señala el texto, que también recuerda que el Salario Mínimo Vital y Móvil está en $308.200, mientras que la jubilación mínima apenas alcanza los $296.481,74.

La CGT emitió este miércoles un duro comunicado en el que acusa al Gobierno de utilizar “el salario como herramienta de ajuste”.

Paritarias congeladas y malestar creciente

La resistencia del Gobierno a habilitar aumentos salariales acordes a la inflación genera conflictos gremiales en distintos sectores. Uno de los casos más emblemáticos fue el de los trabajadores de comercio, cuyo acuerdo fue directamente bloqueado por la Casa Rosada, que exigió modificarlo a la baja. La postura oficial quedó confirmada por el propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien sostuvo que permitir aumentos por encima de la pauta “genera más inflación”.

Esta idea —que responsabiliza a los aumentos de salarios por la suba de precios— ha sido cuestionada incluso desde la teoría económica clásica, como recordó un reciente análisis que citó a Karl Marx y su folleto Salario, precio y ganancia. Allí se señala que los aumentos salariales pueden afectar los precios de manera puntual, pero la inflación estructural tiene raíces más profundas, como la concentración económica y la especulación empresarial.

El caso INDEC: trabajadores protestan por la reapertura de paritarias

En este contexto, los propios empleados del INDEC —el organismo que mide los índices de precios— realizaron esta semana una protesta para exigir aumentos salariales reales. Denuncian que podrían perder un 31% de poder adquisitivo para fin de año si se mantiene el congelamiento de paritarias. El reclamo se da, además, en medio de un creciente cuestionamiento por parte del Gobierno a las estadísticas oficiales, algo que los trabajadores del organismo consideran “una estrategia para desacreditar su labor profesional”.

El gremio de ATE-INDEC sostiene que las dilaciones metodológicas del Gobierno buscan debilitar la credibilidad del organismo, mientras se lo utiliza como herramienta política para validar el ajuste.

Los propios empleados del INDEC —el organismo que mide los índices de precios— realizaron esta semana una protesta para exigir aumentos salariales reales.

La motosierra sobre el empleo estatal

El sector público también sufre el impacto del ajuste. Según cifras oficiales, el poder adquisitivo de los estatales cayó un 15,1% entre noviembre de 2023 y marzo de 2025. Si se compara con octubre de 2015, la caída es del 39,8%. La motosierra de Milei también se tradujo en despidos y en una virtual paralización de las negociaciones colectivas.

En este escenario, surgen voces que exigen un plan de lucha más sostenido, con asambleas por sector y la reactivación de los paros nacionales, como ocurrió con la huelga de colectivos que marcó un precedente. También se plantean propuestas más concretas, como un aumento de emergencia que eleve el salario mínimo al valor de la canasta familiar, estimada en más de $1.100.000 mensuales para marzo.

Un modelo sin salarios

Lejos de plantear una recuperación del ingreso real, el modelo económico impulsado por Milei parece descansar sobre la caída salarial como pilar del ajuste. Mientras los precios siguen subiendo y las grandes empresas mantienen su rentabilidad, la “libertad” que defiende el Gobierno no parece incluir a los trabajadores a la hora de sentarse a negociar su futuro.

La discusión sobre las paritarias no es solo una cuestión técnica: es un conflicto profundamente político que pone en juego el modelo de país que se está construyendo. Y, por ahora, el salario está perdiendo la batalla.

Con información de Info Gremiales, Agencia Comunas, La Izquierda Diario, Cuarto.

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