Héctor Salvatierra, formador de campeones y de personas» – Sport Chaco

En el corazón de la natación en la provincia del Chaco, el nombre de Héctor Salvatierra resuena con la fuerza de un legado. Hoy, en un ejercicio de memoria y pasión deportiva, revivimos la historia de este entrenador y formador, cuya visión trascendió las piletas para forjar el carácter y el temple de innumerables atletas. Su testimonio, rescatado de los archivos, es un recordatorio de que el deporte es mucho más que una disciplina; es una escuela de vida.
POR LUIS DARIO MOLODEZKY
La pasión de Salvatierra por el agua nació en las filas de la Asociación Cristiana de Jóvenes de Rosario y se consolidó en el Club Newell’s Old Boys. «Allí se prendió el fuego de la natación», recuerda. Pero su historia más profunda se escribiría en el Chaco, donde su vocación de formador encontraría su mejor cauce.
Héctor Salvatierra nació un 27 de octubre de 1941 en Villa Eloisa, Santa Fe, un pueblo ubicado a 60 kilómetros de Rosario. A los cinco años, su familia se mudó a Rosario, donde él comenzó su camino en la natación en la única piscina climatizada de la ciudad en ese momento.
La ruta de Salvatierra en la natación se inició de manera informal. Al mudarse a Rosario, aprendió a nadar en la Escuela Normal N°1. Más tarde, entrenó con Alberto Dimidi, padre de un famoso remero.
El servicio militar lo llevó a Curuzú Cuatiá, Corrientes, en la Inspección Regional Litoral Norte. Esta experiencia fue un punto de inflexión, ya que allí comenzó a familiarizarse con el norte del país, lo que más tarde influiría en su decisión de radicarse en Chaco.
Llegada a Chaco y Carrera como Entrenador
Salvatierra llegó a Chaco en 1966 cuando su padre, un docente a punto de jubilarse, decidió pasar sus últimos años de trabajo en La Tigra. Su vinculación con la natación en la provincia fue accidental. Empezó a jugar waterpolo en el Club de Regatas, donde el presidente de la subcomisión de natación, el Dr. Piñeiro, lo vio nadar y lo invitó a ser entrenador de los niños. Esto marcó el inicio de su exitosa carrera como formador de nadadores.
En el rio Paraná acompañando y guiando a uno de sus nadadores.
Una trayectoria que dejó huella
Su labor como docente y entrenador en la región comenzó en 1968, con la inauguración del natatorio del Club de Regatas. Luego, llevaría su experiencia al Chaco Golf Club y al Hindú Club, donde trabajó durante diez años, antes de regresar a Regatas. Este recorrido le permitió ser testigo privilegiado de la evolución de la natación chaqueña, un balance que considera «altamente positivo».
«Es cierto que hubo ciclos muy buenos y otros no tanto, pero en general, el balance es favorable», afirma. Desde 1970, el Chaco siempre logró clasificar representantes en torneos nacionales, demostrando la calidad del material humano. Sin embargo, Salvatierra reconoce que hubo un punto de inflexión a partir de 1973, cuando la falta de piletas climatizadas se convirtió en un obstáculo para el desarrollo continuo de los atletas. «Se nadaba exclusivamente en la temporada de verano», lamenta.
Héctor Salvatierra, con el profesor Villalba, don Osvaldo Pérez y Pepe de la Corte.
Formador de campeones y de personas
A pesar de las dificultades, el entrenador destaca el talento chaqueño. Menciona con orgullo a figuras como Rubén «Tarzanito» Facal, a quien considera «el nadador chaqueño más completo» por su versatilidad en todos los estilos. También nombra a Gustavo Nicoll, «iniciador de competencias en aguas abiertas», y a Rafael Yurkevich, quien tuvo el mérito de «ganarle a los invencibles hermanos Romero de Corrientes». La lista continúa con el campeón Carlos Castellari y la destacada Fabiana Laurita.
Pero más allá de los logros deportivos, Salvatierra atesora las alegrías de ver a sus pupilos triunfar. «Viene a mis recuerdos el día que Silvina Maximino se consagró subcampeona nacional en el Torneo de la República», comenta con emoción. Esa fue la primera vez que el Chaco subió a un podio nacional. El mismo sentimiento se repitió con los triunfos de Fabiana Laurita y de Alejandro, campeón argentino de saltos ornamentales. «Me emociona y celebro los triunfos de mis chicos, tanto en la natación como en su vida personal», confiesa.
Natación, la disciplina más completa
Para Salvatierra, la natación es una práctica exigente y metódica, que debe ser abordada con conciencia y voluntad. La considera la disciplina más completa, ya que fortalece todos los músculos, aumenta la capacidad respiratoria y refuerza la musculatura de sostén, entre otros beneficios.
Aunque se dice que la natación es un deporte individual, Salvatierra tiene una visión distinta. Él se esfuerza por fomentar el compañerismo y el respeto en el grupo, promoviendo una «gimnasia para una correcta relación» con los demás. Su método busca infundir «el sentido del honor y el orgullo en la competencia y machacar el respeto que se debe tener por el vencedor».
La filosofía del esfuerzo: A las 5 de la mañana en la pileta
Para Héctor Salvatierra, el éxito no era una casualidad, sino el resultado de un método tan simple como radical: el esfuerzo sostenido. Su carrera como entrenador de natación despegó en el Club de Regatas y se consolidó en Hindú Club donde marcó una época. Mientras en provincias vecinas sus colegas entrenaban con volúmenes de 8.000 o 9.000 metros, Salvatierra elevó la vara a niveles nunca antes vistos en la región.
Su enfoque era tan inusual que lo llevó a ser tildado de «loco». «A mí, cuando yo empecé con ese sistema, los correntinos dijeron que yo era un loco. ¿Cómo iba a llevar un chico a las cinco de la mañana?», cuenta. Sin embargo, el tiempo le dio la razón. Sus nadadores, como el joven Pablo Gómez Almeida, de apenas 11 años, estaban entrenando con un volumen de 20.000 metros por día. «Pablito tenía 11 años y a las cinco de la mañana estaba en la pileta. Después salía, se iba al colegio normal, y a las cinco de la tarde estaba nadando de vuelta», recuerda Salvatierra, ilustrando la dedicación que exigía.
Los nadadores que marcaron una era
Bajo su tutela, surgieron talentos que colocaron al Chaco en el mapa de la natación nacional e internacional. Entre ellos, destaca Carlos Castellari, a quien considera el mejor nadador que entrenó. Castellari era una anomalía: un «flaco que le podías contar las costillas» con una resistencia y versatilidad asombrosas. «Lo podías hacer correr 100 metros como si quisiera una carrera de 2 kilómetros», relata Salvatierra, destacando su habilidad para ser tanto velocista como fondista.
La leyenda de la pileta olímpica del Hindú
Salvatierra también rememora una de las historias más increíbles de la natación chaqueña: la construcción de la pileta olímpica del Hindú Club. Lamentablemente la historia marca su desaparición. Cuando faltaba poco para la inauguración. Todavía era «un pozo rodeado de yuyos», el presidente de la institución, don Alberto Perosio, le pidió que solicitara una fecha para un torneo internacional. El profesor, incrédulo, preguntó: «¿Qué pileta olímpica? Si tenemos un pozo hecho nada más».
Pero la respuesta de Perosio fue contundente: «Vos pedile para el 8 de diciembre una fecha… “si este señor decía que el 8 de diciembre hay una pileta olímpica, el 8 de diciembre hay una pileta olímpica». Y así fue. El 8 de diciembre de 1980, una pileta de 50 metros, totalmente iluminada, con sala de máquinas subterránea y partidores olímpicos, se erigió en tiempo récord. Salvatierra lamenta que esa obra, que calificó como «irrepetible», haya desaparecido, un lugar que fue «un lugar fantástico» para el deporte.
La mística de las aguas abiertas
Para Salvatierra, la natación de aguas abiertas en el imponente río Paraná es un arte en sí mismo, un desafío que va más allá de la resistencia física. «El 50% de la fuerza y el 50% de la vida», afirma. A diferencia de una pileta con carriles, en el río es fundamental «saber leer el río», conocer la corriente, los remansos, y las indicaciones del guía. Esta complejidad es lo que hace de la natación de aguas abiertas un deporte tan especial y de los nadadores chaqueños, forjados en el Paraná, verdaderos expertos.
Héctor Salvatierra no solo fue un profesor que enseñaba a nadar, fue un mentor, un estratega y un «loco» que creía en la disciplina por encima de todo. Su legado es un testimonio del poder del trabajo duro y la dedicación, que marcó a una generación de nadadores y dejó una huella imborrable en la historia deportiva del Chaco.
La filosofía del «Loco» de la Natación
El punto más destacado de su carrera como entrenador es su método de entrenamiento de alto volumen, que le valió el apodo de «loco». A diferencia de otros entrenadores que hacían nadar a sus pupilos 8,000 metros, Salvatierra los exigía hasta 20,000 metros por día, con sesiones que iniciaban a las cinco de la mañana. Esta disciplina, que en su momento fue considerada una locura, fue la base del éxito de sus nadadores.
Homenaje de la Cámara de Diputados
Los Nadadores Legendarios que hicieron época
Marcos Cañete: Único campeón Sudamericano
Único Campeón Sudamericano del Chaco: Salvatierra lo identifica como el único nadador chaqueño en haber obtenido el título de campeón sudamericano, lo cual resalta su singular logro en la historia deportiva de la provincia. Campeón Argentino de Aguas Abiertas: Además de su título sudamericano, Cañete también se coronó como campeón argentino de Aguas Abiertas, demostrando su dominio en esta disciplina. Parte de una Generación de Oro: Salvatierra lo incluye en la lista de los nadadores más sobresalientes del Club Hindú, junto a figuras como Carlos Castellari y Rafael Yurkevich. Cañete formó parte de un «equipo muy sólido» que, según Salvatierra, «podía competir donde queríamos».
Carlos Castellari: El nadador completo
Salvatierra considera a Castellari su mejor nadador debido a su increíble versatilidad. No era solo un velocista ni un fondista; era capaz de nadar pruebas de 100 metros con la misma eficacia que una de 2 kilómetros. A pesar de su físico delgado, poseía una resistencia y una técnica impecables que lo llevaron a ser campeón sudamericano y campeón argentino. Su disciplina lo hacía levantarse a las 5 a.m. para saltar la cerca del club y entrenar sin que nadie lo viera, mostrando una dedicación única.
Franco Galeano: El rey de las aguas abiertas
Franco Galeano fue la figura más destacada en la disciplina de aguas abiertas. Salvatierra lo describe como el mejor nadador de aguas abiertas de Argentina en su momento. La habilidad de Galeano se hizo evidente al derrotar a Alejandro Lecot, una leyenda de este deporte, en una carrera de 40 kilómetros, la más antigua del mundo en su tipo. La victoria de Galeano fue tan contundente que provocó una polémica solicitud de control anti-doping, lo cual, según Salvatierra, fue un intento de desacreditar su éxito. El talento de Galeano no solo se basaba en la resistencia física, sino también en su capacidad para «leer el río» y entender las corrientes, una habilidad esencial para competir en aguas abiertas.
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Rafael Yurkevich fue el pionero
Rafael Yurkevich con Ramón Villanueva hace unos años en el Círculo
Considera a Rafael Yurkevich una figura clave en la historia de la natación del Chaco, especialmente en la disciplina de aguas abiertas. Salvatierra lo valora por ser un pionero y un competidor de élite. Pionero en Aguas Abiertas: Salvatierra le atribuye a Yurkevich haber iniciado el «derrotero de Agua Abierta» para el club Hindú, abriendo el camino para otros grandes nadadores en esta disciplina. Dominio y competitividad: Yurkevich era un nadador extremadamente dominante. Salvatierra relata una anécdota en la que Yurkevich ganó una carrera en Corrientes contra los hermanos Romero de Paraná, atrayendo a una multitud tan grande que un pontón casi se hundía por la cantidad de gente. Causa del retiro de otros nadadores: Salvatierra afirma que el nivel de Yurkevich era tan alto que su éxito hizo que otros competidores se retiraran. En el diálogo, menciona que Guillermo Sobrado dejó de nadar cuando vio que ya no podía alcanzar el nivel de Yurkevich ni en entrenamientos ni en carreras.
Manuel San Vicente: El Regreso
Un punto conmovedor es el relato de cómo Salvatierra volvió a entrenar hace una década a Manuel San Vicente, un ex nadador entonces de 76 años con marcapasos, para que volviera a cruzar el río, un desafío que completó en 1 hora y 50 minutos. Esto demuestra que su pasión por la natación y su creencia en el potencial humano perduran más allá del tiempo.
El futuro del deporte: una tarea de todos
Al reflexionar sobre el apoyo al deporte, Salvatierra es enfático: «Todos tenemos que trabajar y apoyar para que la cultura deportiva se inserte en la formación integral de la personalidad espiritual, intelectual y física». Para él, la atención a la cultura deportiva debe ser prioritaria y estar presente desde las etapas de la educación primaria y secundaria, que es donde se forjan los hábitos que perdurarán en el tiempo.
Su visión es clara: los clubes deben fortalecer sus departamentos deportivos y dotarlos de los medios humanos y materiales necesarios para una planificación de base sólida. «La natación, en particular, exige voluntad y sacrificio», concluye Salvatierra, convencido de que solo así se puede avanzar y permitir que los deportistas alcancen su máximo potencial. Su legado es un recordatorio de que la pasión, la dedicación y el apoyo de la comunidad son la verdadera clave del éxito deportivo y humano.
Salvatierra periodista
La experiencia de Héctor Salvatierra como periodista fue breve pero significativa, desarrollándose en el diario Crisol, un medio de tipo cooperativista, que luego tuvo un dueño y una vida efímera. Su incursión en este campo comenzó cuando le asignaron la tarea de cubrir la información de las carreras de caballos, un nicho que en ese momento no era cubierto por los medios locales del Chaco, ni siquiera por el prestigioso diario El Territorio.
Para realizar su trabajo, Salvatierra se dedicaba de lleno: cruzaba a la provincia de Corrientes en la balsa muy temprano por la mañana para observar de cerca los entrenamientos de los caballos. Su dedicación lo llevó a cubrir otros deportes y, finalmente, a convertirse en el Jefe de Deportes del diario Crisol, consolidando así una faceta poco conocida de su vida, tan apasionada como la que demostraba en las piletas.
Homenaje a Héctor Salvatierra por su destacada trayectoria como entrenador
De acuerdo a lo establecido en el proyecto de resolución N° 2824/13, la Cámara de Diputados reconoció la distinguida y meritoria trayectoria pública de Don Héctor Edgardo Salvatierra como entrenador de natación. Estuvieron presentes, además del homenajeado, el diputado del bloque Bases y Principios Dr. Jorge Varisco, el presidente del Club Regatas Resistencia Eldo Aguilar, las diputadas con mandato cumplido Norma López y Marilyn Cristófani, familiares, amigos e invitados especiales.
LUIS DARIO MOLODEZKY
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