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VILLARRUEL RECHAZÓ EL PEDIDO DE LOS SENADORES KIRCHNERISTAS PARA QUE LA POLICÍA NO USARA LOS BAÑOS DEL CONGRESO

La vicepresidenta Victoria Villarruel rechazó este miércoles “en duros términos” un “insólito pedido” de ocho senadores kirchneristas que solicitaban impedir que la Policía y miembros de fuerzas de seguridad nacionales utilizaran los baños del Congreso durante los operativos en las manifestaciones.
La misiva de rechazo fue dirigida al senador Oscar Parrilli, uno de los ocho firmantes de la polémica solicitud.

Villarruel advirtió que “en toda comunidad organizada se acuerda que los agentes del Estado deben ser tratados con respeto y sin estigmatización alguna, principio que fue violado sistemáticamente en los sucesivos gobiernos kirchneristas”.

La solicitud de los senadores, presentada por carta el 22 de julio, fue firmada por Parrilli, Silvia Sapag, Antonio Rodas, Cristina López, Carlos Linares, Sergio Leavy, María Eugenia Duré y Gerardo Montenegro. Los legisladores kirchneristas reclamaban a Villarruel que “armonice la concurrencia del personal de las distintas fuerzas y el uso que hacen en el Senado de sus espacios comunes y de los sanitarios”, buscando asegurar el bienestar y la prioridad de los empleados de la casa que cumplen funciones administrativas.

Además, pidieron que el uso de los espacios por parte de las fuerzas se limitara a lo “estrictamente necesario” para evitar molestias o alteraciones al “normal funcionamiento, y el cómodo desenvolvimiento del personal legislativo y de los senadores nacionales”.

En su respuesta, la vicepresidenta asumió la responsabilidad de haber autorizado el uso de los sanitarios en una ocasión particular. Villarruel explicó que, si bien normalmente en los operativos de los días miércoles las fuerzas federales traen sus propios baños químicos y no ingresan al Senado, lo que motivó la nota de los senadores fue un operativo de seguridad realizado “en otro día de la semana”.

Ante esta situación, la Presidencia del Senado decidió “permitirles el acceso a los sanitarios y proveerles de lo necesario para que pudieran cumplir con dignidad las órdenes que reciben”. Finalmente, Villarruel no dudó en cruzar a Parrilli directamente, señalando: “Entendiendo que usted cuenta con baño privado en su despacho, no sufrirá ningún tipo de percance que pueda afectar el ‘cómodo desenvolvimiento’ de sus actividades”. Cerró su respuesta agradeciendo una “preocupación que ha resultado abstracta”.

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