En esta elección se juega quién está dispuesto a liderar un nuevo ciclo político

Faltan casi ocho meses para las elecciones presidenciales en Chile. Pero la campaña se enciende con una danza de posibles candidatos que terminarán de definirse en las primarias del 29 de junio.
Mientras desde la derecha tradicional aparece con posibilidades Evelyn Matthei, ex alcaldesa del municipio de Providencia, en Santiago -quien aparece a la cabeza en los sondeos, por ahora-, en el espacio de la coalición oficialista suena fuerte el nombre de Carolina Tohá, ex ministra del Interior en el gobierno de Gabriel Boric, quien asegura que tiene la capacidad de convertirse en la imagen de la centroizquierda para pelear por la presidencia.
Tohá deberá enfrentarse en las elecciones primarias a la comunista Jeanette Jara, ex ministra de Trabajo, y al diputado Gonzalo Winter, del Frente Amplio de Boric y firme aliado del presidente.
Pero confía en que su amplia trayectoria política -fue diputada y ministra de Gobierno durante el primer gobierno de la Michelle Bachelet (2006-2010), y ministra de Interior y Seguridad Pública durante tres años con Boric, hasta marzo- y su capacidad para construir puentes con los espacios más moderados y de centro le permitirán llegar a la “papeleta” electoral de noviembre.
Tohá, de 59 años, cofundadora del Partido por la Democracia junto con el ex presidente Ricardo Lagos, afirma que el gobierno de Boric logró avances importantes en materia de seguridad y estabilidad. Pero busca ir más allá: “Es hora de que el país se encamine en definiciones más estratégicas, que las disputas decanten en definiciones que permitan iniciar una nueva etapa del ciclo político», afirmó, en una entrevista con Clarín por videollamada, desde Santiago.
«El sector que represento, el socialismo democrático, está maduro para aspirar al liderazgo nacional”, agregó.
-¿Qué balance hace del gobierno de Gabriel Boric, del que usted se fue hace apenas dos meses?
-Se han logrado formar acuerdos, hubo un cambio radical del ambiente político y el ánimo de la sociedad. Pero claramente este gobierno asumió en un momento de máxima disputa en el país y debió hacer un cambio brusco de agenda. El diagnóstico con el que el gobierno partió estaba muy alejado de las posibilidades reales. Eso distrajo tiempo, energía y foco. Hubo que tomar el timón y redireccionar. El gobierno debió entregar estabilidad a una sociedad angustiada por la fragilidad económica y social. Y mostró una enorme capacidad para hacer a frente a los reclamos. Consiguió construir acuerdos en un Parlamento que está prácticamente empatado. El gobierno de Boric logró resultados muy superiores a lo esperado. Ahora eso podríamos hacerlo distinto. Con una mirada más realista.
-En la última elección presidencial, en 2021, se vio un Chile muy polarizado. Los dos candidatos que llegaron a segunda vuelta -Boric y el ultraderechista José Antonio Kast- venían de espacios más radicales, alejados de la centroizquierda o la centroderecha tradicionales que habían gobernado desde el fin de la dictadura. ¿Cómo es el escenario actual?
-El país no está polarizado. La que está polarizada es la política. Los fracasos de reforma constitucional mostraron que los chilenos no apoyan las propuestas radicalizadas ni de la izquierda, como fue la primera propuesta constitucional, ni de derecha, como fue la segunda. Pero las fuerzas ajenas a las coaliciones tradicionales han ganado espacio debido a un desgaste del sistema. Yo veo ahora que la que está radicalizada es la derecha, que está enfrascada en divisiones internas. El oficialismo ha mostrado agendas más moderadas, hubo una búsqueda de acuerdos. El gobierno ya no tiene el perfil radical de hace cuatro años. Lo que se requiere ahora es un nuevo tipo de proyecto de convergencia en temas fundamentales.
-¿Cuáles son esos temas?
-En primer lugar, es necesario un liderazgo político capaz de hacer frente al desafío de sostener un crecimiento económico. Segundo, lograr acuerdos para resolver las demandas sociales. Y luego, el tema central de la seguridad.
«Hay que seguir con las reformas con mano firme. La seguridad va a ser prioridad si llego al gobierno».
-El problema de la violencia y la inseguridad fue un eje central en el debate en la última elección, y sobrevoló todo el gobierno de Boric. Hoy sigue siendo una de las principales preocupaciones en Chile. Como ex ministra del Interior, ¿qué evaluación hace?
-Se ha avanzado en leyes clave en este sentido. Contra todos los pronósticos, la seguridad fue una prioridad central del actual gobierno. Se crearon programas en temas de seguridad. Se ha logrado frenar el incremento de los homicidios. Así y todo, el país sigue estando en una situación a la que los chilenos no estaban acostumbrados, con un alto índice de homicidios. Hay que seguir con las reformas con mano firme. La seguridad va a ser prioridad si llego al gobierno. Hay que asumir que tenemos un déficit de integrantes de las fuerzas de seguridad, hoy no son suficientes y hay que reforzarlas. Pero además, hay que trabajar muy fuerte en la prevención social. Hay una fuerte fragilidad social en la juventud. Y hay que reforzar las capacidades tecnológicas para reforzar a las fuerzas de seguridad. Hay que dar una nueva dimensión al trabajo integrado, con bases de datos, usar la Inteligencia Artificial para programas de prevención del crimen.
-¿Se siente con posibilidades de llegar a la presidencia para afrontar todos estos desafíos?
-Va a ser una disputa muy intensa. Pero nuestro sector está maduro para un ciclo diferente. Creo que por mi trayectoria, por mi vocación de hablarle al mundo de la centroizquierda, soy capaz de formar mayorías, de llegar a sectores más de centro, para llegar a disputar la presidencia. Debemos iniciar una nueva etapa del ciclo político. Hasta ahora la política ha mostrado debilidad para armar espacios de acuerdos, de consenso. Y creo que el sector que represento, el socialismo democrático, está en condiciones de aspirar al liderazgo nacional para conducir esta nueva etapa. Ahí se va a definir la elección: quién está dispuesto a entrar en este nuevo juego.
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