La amenaza para la salud que enfrenta China

Hace 45 años, más del 80% de la población china se alimentaba como podía y sobrevivía por debajo de la línea de pobreza extrema. La desnutrición era el común denominador de cientos de millones de familias, cuya principal preocupación se enfocaba en llevar un plato diario de comida a la mesa.
Hace una semana, un informe de la Comisión Nacional de Salud (CNS) activó todas las alertas al revelar que más del 50% de los adultos tiene sobrepeso u obesidad, y que si no se revierte esta tendencia, el porcentaje podría elevarse al 70,5% para el año 2030, como un efecto no deseado de la mejora del nivel de vida de la población.
Sin eufemismos, desde la CNS no dudaron en calificar el escenario como «una gran amenaza para la salud pública», por lo que anunciaron la urgente incorporación de una campaña de control de peso a la estrategia integral «China sana», que el país asiático viene implementando desde 2019 para mejorar la salud de sus ciudadanos.

Para esta primera etapa, la CNS planteó la necesidad de poner en marcha cuatro políticas concretas que procurarán crear entornos favorables para la gestión de un peso sano, aumentar el nivel de conciencia y las habilidades de la población, fomentar estilos de vida saludables y frenar la tendencia creciente de la obesidad, según destacó una circular del organismo. «Para 2030, nuestra meta es construir un sistema de amplia participación y beneficios compartidos en la gestión del peso corporal», sintetizó el documento.
Los especialistas en materia alimentaria apuntaron básicamente contra las dietas altas en calorías y el estilo de vida cada vez más sedentario, una peligrosa combinación que se viene observando en el territorio chino, en coincidencia con patrones los globales de las últimas décadas.

En este contexto, uno de los objetivos al que apostó todas sus fichas el gobierno chino fue ampliar al máximo la cobertura de clínicas de control de peso en los hospitales generales, infantiles y de medicina tradicional de todo el país.
Un comunicado de la CNS y la Administración Estatal de Medicina Tradicional China (AEMTC) informó que se alienta a los hospitales a establecer centros de prevención y control de la obesidad para los pacientes internados, mientras que las instituciones de atención primaria también deberán brindar estos servicios de educación, seguimiento y gestión de salud, además de optimizar los procesos de derivación a los especialistas.
Esta promoción de clínicas de control de peso a nivel nacional también intenta disminuir el riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares que suelen presentar los pacientes con sobrepeso u obesidad, según indicaron.

Cuestión de peso… y yuanes
China designó el 8 de agosto como Día Nacional de la Forma Física, como una forma de concientización pública que si bien dio lugar a una incipiente industria del fitness, evidentemente no arrojó todos los resultados esperados en cuestión de peso de la población.
No obstante, las autoridades chinas suelen vanagloriarse de los casi 70 millones de personas que hacen ejercicios en los aproximadamente 117.000 gimnasios que funcionan en todo el país, al tiempo que presentan como un logro de sus políticas de salud que el 30% de los desplazamientos en las zonas urbanas se lleven a cabo en bicicletas.
Ni hablar de los miles de ancianos que a la tardecita se ponen a bailar o a practicar Tai Chi en los parques públicos de las principales ciudades, como una virtual rutina de entrenamiento físico que los aleja, aunque sea un poco, de los previsibles achaques que fomentan los hábitos sedentarios de los mayores.

También ocurre que así como la automatización laboral liberó tiempo para actividades recreativas y la economía mejoró la situación de una clase media que hoy suma 400 millones de personas, el ejercicio físico y los estilos de vida saludables se fueron convirtiendo en una tendencia creciente y cada vez más lucrativa, según señaló un reporte de la agencia Xinhua.
En efecto, la lucha contra la obesidad puso en marcha nuevos motores de crecimiento económico. Según los cálculos oficiales, el sector de la salud y el bienestar generará unos 9 billones de yuanes (1,25 billones de dólares) durante 2025 en concepto de ingresos totales.
Un análisis de AskCI Consulting, una empresa privada china especializada en investigación de mercados y consultoría estratégica, estimó que el segmento de los entrenamientos on line podría 1,12 billones de yuanes (más de 155 mil millones de dólares) en lo que va del corriente año.
La digitalización y las aplicaciones de fitness ya alcanzaron más del 41% del mercado y, al parecer, continuarán en franco crecimiento gracias a los nuevos desarrollos tecnológicos que hoy se aplican a los entrenamientos, indicó el relevamiento de la consultora.

Los chicos primero
Uno de los últimos documentos de la CNS reveló que también tiene sobrepeso casi el 20 por ciento de los niños y adolescentes, en un rango etario entre los 6 y 17 años. En función de ello, el organismo lanzó una serie de instrucciones generales enfocada en los menores de edad, en una iniciativa que contó con la colaboración del Ministerio de Educación, la Administración General de Deporte y la Administración Nacional de Control y Prevención de Enfermedades de China.
«Los problemas de peso y obesidad afectan la salud de los estudiantes de escuelas primarias y secundarias, por lo que requieren de una intervención urgente», enfatizó el paper.
Ante esta «urgente» necesidad de encontrar respuestas en el cortísimo plazo, las autoridades sanitarias lanzaron una serie de recomendaciones a los establecimientos educativos:
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- Estimular la contratación de nutricionistas calificados para optimizar el control de peso de la población estudiantil.
- Fomentar hábitos alimentarios con menos sal, aceite y azúcares agregados.
- Garantizar que todos los alumnos participen, por lo menos, de una clase de educación física por día.
- Realizar campañas de exámenes médicos y nutricionales con la mayor regularidad posible.
- Presentar en forma periódica un formulario de autoevaluación con los riesgos del sobrepeso y la obesidad infantil, como un mecanismo para concientizar a las familias.
Todas estas medidas quizás sorprendan a quienes observan a China a través de antiguos estereotipos, ya superados por el desarrollo económico y social de las últimas décadas. «Los chinos son flaquitos, petisos y suelen comen arroz en un viejo cuenco», es una imagen que – aunque parezca mentira – en pleno siglo XXI aún se promueve desde ciertas usinas informativas de Occidente.
El alarma de China por el impacto de su desarrollo económico en la salud parece indicar otra realidad.
Nota escrita por Fernando Capotondo
Jefe de Redacción de la revista Contraeditorial y director del sitio cultural Llibres. Ex jefe de Redacción de la Agencia de Noticias Télam, ex jefe de Redacción del diario Tiempo Argentino, ex Director del diario Crónica, ex director de las revistas Así e Historias de la Argentina Secreta y ex prosecretario de Redacción del diario Crítica de la Argentina.
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