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El gobierno de Milei planea eliminar el monotributo, ¿qué va a pasar con los monotributistas?

El Gobierno de Javier Milei avanza en callado pero raudamente hacia una transformación estructural del sistema tributario argentino. En el camino se quiere cobrar su primera víctima, el monotributo. ¿Qué pasa si se elimina? ¿Qué va a pasar con los monotributistas? ¿Hay alternativas? Para responder estas preguntas, NEAHOY dialogó en exclusiva con Noelia Villafañe, contadora pública nacional y referente de M.A.R.A. (Monotributistas Asociados de la República Argentina), la organización que desde 2019 defiende los derechos de este sector.

“Para el monotributista sería un salto al abismo”, advierte Villafañe sin rodeos. La expresión no es exagerada. Según explicó, lo que está en juego no es sólo un cambio técnico en el sistema impositivo, sino la desaparición de una red de contención mínima: obra social, aportes jubilatorios, salario familiar y ayuda escolar.

La reforma que exige el FMI

El argumento oficial es, como siempre, la eficiencia. El presidente Javier Milei y su equipo económico (con Carlos Guberman, Secretario de Hacienda, y Federico Sturzenegger, Ministro de Desregulación, al mando) promueven una reforma tributaria que promete reducir en un 90% la cantidad de impuestos. “Esto no significa que se vaya a poner en riesgo el superávit fiscal. Lo que se disminuye es la cantidad de impuestos, pero no la carga tributaria”, aclara Villafañe, citando declaraciones recientes de los funcionarios.

Bajo esta lógica, como el monotributo representa menos del 1% del total recaudado por el Estado, se lo considera un impuesto “de nula recaudación” y, por lo tanto, prescindible. “El Fondo Monetario Internacional ya había recomendado su eliminación en 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri. Hoy esa presión vuelve con más fuerza”, explica Villafañe. El objetivo, según ella, es “armonizar” el régimen y forzar el pasaje de los pequeños contribuyentes al Régimen General.

Cinco veces más caro y sin derechos

Pero ese salto no es inocuo. “El monotributista pasaría a pagar 5 veces más de lo que paga hoy. Y sin ningún derecho: sin obra social, sin aportes jubilatorios, sin salario familiar. Es un mazazo para quienes están en la base del sistema productivo”, resume Villafañe.

La propuesta gubernamental se basa en una concepción “igualitarista” de la presión fiscal: todos deben tributar por igual, sin importar si se trata de una gran empresa o de un ayudante terapéutico que trabaja 12 horas al día. “Guberman considera que debemos tener un sistema tributario donde se le dé el mismo tratamiento a todos los individuos. Pero esa igualdad es injusta, porque no parte de las mismas condiciones”, plantea la contadora.

¿Y ahora qué?

Desde M.A.R.A. tienen claro que la decisión política ya está tomada. “Hablamos con diputados de distintos bloques, oficialistas y opositores, y todos nos dicen lo mismo: la eliminación del monotributo está en el borrador de la reforma”, cuenta Villafañe. Por eso, en lugar de seguir pidiendo que no lo eliminen, decidieron cambiar de estrategia: una contrapropuesta para amortiguar el golpe.

“Lo que pedimos es una transición. Que se le den al menos dos años al monotributista para organizarse, para ver cómo pasa al régimen general sin caer en la clandestinidad. Porque si lo empujan de un día para el otro, lo que van a generar es más economía en negro”, advierte.

La propuesta que impulsan es un “sistema simplificado de protección social”, que incluya cobertura médica mínima, aportes jubilatorios básicos y alguna forma de ayuda familiar, como la AUH. La idea es mantener esos derechos sociales desvinculados del régimen impositivo, de modo que no dependan de si se tributa o no.

Calle, no Excel

Uno de los errores más graves del plan oficial, según Villafañe, es su desconexión con la realidad. “A los funcionarios del gobierno les falta calle. No saben, por ejemplo, que un ayudante terapéutico tiene un ingreso por nomenclador de 800.000 pesos por 12 horas de trabajo. Esa persona no puede trabajar 24 horas. No es que no quiere esforzarse más, es que no puede. Y sin embargo le quieren cobrar como si fuera una pyme”, cuestiona.

La idea de que los pequeños contribuyentes evaden en masa también es, para ella, un mito. “Muchos dicen que los de las categorías más bajas evaden. No es cierto. Muchos tienen que facturar sí o sí porque trabajan con obras sociales o empresas. No pueden evadir aunque quisieran”, explica.

Y pone un ejemplo concreto: “Una persona que factura 5.000.000 de pesos al mes por ventas en MercadoLibre, tiene un ingreso de bolsillo del 30%. No le dan los números para pagar un impuesto del 10% o 15% sobre el total. Y eso sin contar obra social o jubilación”.

Nuevo pedido de M.A.R.A. para que no desaparezca el monotributo.

Camino al colapso

Villafañe advierte que, de avanzar con esta eliminación sin red, el impacto no se va a limitar al bolsillo de los monotributistas. “Si se quedan sin obra social, van a ir al hospital público. Y eso va a colapsar el sistema de salud”, dice. Lejos de mejorar la eficiencia del Estado, como promete el gobierno, el resultado podría ser un gasto aún mayor para las arcas públicas.

“¿Qué país serio puede salir adelante con una economía en negro?”

“Esto va a generar más evasión, más clandestinidad, más precariedad. Y los que hoy tributan con esfuerzo, van a tener que dejar de hacerlo porque simplemente no van a poder”, afirma Villafañe.

Una batalla más para el monotributo

No es la primera vez que M.A.R.A. se enfrenta a una avanzada contra el monotributo. En 2024 lograron que se aumenten los topes de facturación y que se salve la figura del monotributo social. “Fuimos recibidos en Casa Rosada, hablamos con la AFIP, expusimos en el Senado, hicimos movilizaciones. Y ganamos”, recuerda Villafañe con orgullo.

Esta vez, sin embargo, el panorama es más complejo. “Ya no tenemos energía para defender todo. Si la gente se suma, saldremos a batallar. Pero si no, no podemos inmolarnos solos. Si al propio monotributista no le interesa lo que viene, será un capítulo más de la historia argentina”, concluye.

La organización ya trabaja en la elaboración de su contrapropuesta y no descarta escalar el reclamo a nivel internacional. “Estamos buscando contactarnos con el FMI para mostrarle el otro lado: el costo social y económico que va a tener esta decisión. Porque el gobierno sólo está mirando la planilla de cálculo, pero se está olvidando de la gente”, cierra.

El futuro del monotributo en juego

La reforma tributaria aún no se discutió en el Congreso, pero su impacto ya se empieza a sentir. Para millones de personas, el fin del monotributo no es una cuestión técnica, sino existencial. ¿Cómo pagarán su salud? ¿Cómo aportarán para su jubilación? ¿Cómo seguirán trabajando sin caer en la informalidad?

Mientras el gobierno avanza, los monotributistas organizados empiezan a dar pelea. Con menos fuerza que antes, tal vez, pero con la misma convicción: que un sistema tributario no puede ser sólo un mecanismo de control, sino también una herramienta de justicia social.

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