La crisis de Bullrich y los gendarmes: Salarios bajos, promesas incumplidas y un conflicto que se extiende a otras fuerzas
Desde hace semanas hay un fuerte descontento en Gendarmería Nacional y a pesar de que la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich ofreció un 5% de aumento en los sueldos de los gendarmes y un plan, del ya inexistente, PROCREAR, el conflicto continúa. El problema es que otras fuerzas de seguridad federales también se están uniendo al descontento y al reclamo. Todo indica que la relación con la Ministra y sus fuerzas se tornó ríspida en un año electoral.
La plata no alcanza ni para los gendarmes
El malestar económico general no es nuevo y tampoco el descontento en Gendarmería. Pero en los últimos días escaló de tal manera que hubo convocatorias y protestas en distintos puntos del país. En Buenos Aires y Rosario, como los propios gendarmes tenían miedo de protestar por las represalias, fueron los familiares quienes lideraron las manifestaciones.
¿A qué viene el malestar? Principalmente al salario de muchos de los soldados rasos. Los sueldos rondan los $600.000 que no alcanzan para cubrir los costos de vida o las necesidades de alquileres y transporte. Según fuentes cercanas a la fuerza, la situación es tan crítica que hay cientos de pedidos de baja por los bajos ingresos. Esto solo podría empeorar con las protestas previstas para finales de febrero en diferentes puntos del país, incluidas la Escuela de Gendarmería en Mercedes y el Monumento a la Bandera en Rosario.
La respuesta de Bullrich
Ante las protestas y ante la convocatoria de las próximas, Bullrich optó por anunciar con bombos y platillos un aumento, en marzo, del 5% para todas las fuerzas federales. Este porcentaje ya se había otorgado en diciembre con un incremento del 3%. Como no logró calmar las aguas, aseguró que era mucho más de lo que recibieron otros sectores estatales, pero el malestar siguió.
La situación escaló. Un hombre salteño se acercó a la Ministra a reclamarle que su hijo gendarme no tenía qué comer, así que Bullrich prometió, además del aumento, casas del plan PROCREAR. El problema es que el plan fue eliminado meses atrás por el mismo Gobierno al que pertenece.
Las redes sociales no tardaron en llenarse de mensajes calificando el aumento de «vergüenza», «burla» y «falta de respeto». Evidentemente, los gendarmes y sus familias esperaban un aumento mayor. “No alcanza ni para cargar la SUBE”, se lee en los mensajes. Otros se lo tomaron a la ligera, diciendo: “a coimear se ha dicho”.
Fue en esa instancia que la Ministra decidió intentar apagar un incendio tirándole alcohol: “En todos lados ganamos poco”, justificó. Bullrich presentó el 5% como un gran esfuerzo por parte del gobierno en un contexto de inflación y déficit fiscal. La declaración terminó generando más indignación entre los efectivos. Muchos consideran que la Ministra no entiende la realidad de los gendarmes.
Prefectura y Policía Federal se sumaron al reclamo
Como un envión, la protesta de los gendarmes avivaron a otras de las fuerzas federales. En Rosario, los familiares de agentes de la Policía Federal y Prefectura se sumaron a la causa, exigiendo una mejora en las condiciones salariales. Uno de los principales reclamos es que la labor que llevan a cabo en contra del narcotráfico debería estar mejor pagada.
El malestar es tan grande que, según informaron fuentes de la fuerza, desde el Ministerio de Seguridad se les ha pedido a los jefes de dependencia que emitan comunicados para aclarar que se ha avanzado en la recomposición salarial. “Es la primera vez que sucede esto, que mandan a aclarar el tema porque tienen miedo de que el descontento no se pueda controlar”, dijeron fuentes cercanas a las fuerzas.
El reclamo de los bajos salarios también viene de la mano de que las fuerzas armadas sienten que no se valora o reconoce el peligro con el que trabajan día a día. «Estamos cobrando lo mismo que un playero de estación de servicio o un vigilador privado», señaló un oficial de la fuerza en Rosario.
El Plan Güemes
Todo el conflicto deja mal parada a Bullrich, ya que hace no mucho tiempo había anunciado muy orgullosamente su “Plan Güemes”, un proyecto para reforzar las fronteras del norte del país. La Ministra clavó el primer palo del cerco del muro que se pondrá en la frontera de Salta con Bolivia. Ya se lo robaron.
No hay que olvidar que el 2025 es un año electoral y la Ministra de Seguridad deseaba presentarse a elecciones. La falta de consenso con las fuerzas de seguridad y la falta de pragmatismo por parte de Bullrich para gestionar estos conflictos podría ser un factor de riesgo para la efectividad del plan y para la estabilidad política.
Errores que pueden salir caros
Una de las críticas más frecuentes a Patricia Bullrich en este conflicto es la contradicción entre su discurso y las acciones del gobierno. Si bien la ministra ha defendido enérgicamente a las fuerzas de seguridad, su gestión ha estado marcada por un constante ajuste fiscal, que ha afectado directamente a los salarios de los gendarmes y otras fuerzas federales.
Las fuerzas de seguridad, históricamente clave en la política de seguridad y justicia, tienen un peso importante en la percepción pública. Un gobierno que no logra contener las protestas de sus propias fuerzas de seguridad puede enfrentar consecuencias electorales. Los gendarmes, al ser percibidos como una pieza clave en la seguridad y la lucha contra el narcotráfico, tienen un rol fundamental que va más allá de los números en una planilla salarial.
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